Sátiro reinterpreta la etiqueta del vino tinto para presentarlo al mercado mexicano y toma en cuenta la historia de la empresa, plasmándola con unas manos que ofrendan y reciben, manos trabajadoras de un migrante que logra con su determinación cumplir su sueño. La historia detrás de la etiqueta empieza con Don Reynaldo Robledo, un hombre visionario que en 1942 aprovechó el programa Braceros para trabajar en los Estados Unidos. Él, mediante su trabajo y esfuerzo logró ahorrar algo de dinero para comprar unos terrenos en Carnero Valley, Napa Valley y Sonoma Valley. Su visión lo llevó a sembrar viñedos para después producir su propio vino que ahora es reconocido tanto en México como en Estados Unidos.